Diseño: Mauricio Lara
Canasta de alambre con baño de rodio y focos
20 × 20 × 25 cm
2000
La lámpara nació de un ensayo creativo que retoma la tradicional canasta de huevos, icono de las cocinas mexicanas de antaño, que se convierte en la estructura contenedora de la pieza y en cuyo interior se colocan los focos que simulan huevos; al iluminarlos se produce un juego de sombras y reflejos. El despacho compraba las estructuras en un pequeño taller de Guadalajara, cuyo maestro sobrevivía tejiendo estas piezas.
El artesano murió en 2004, perdiéndose esta notable manufactura. La lámpara fue creada, en origen, como pieza única; su demanda llevó a fabricarla de línea. Entre 2000 y 2004 se produjeron cerca de 1,500 piezas. Esta pieza se ha convertido en un clásico del Diseño Mexicano.
Diseñadores de la talla del maestro alemán de la iluminación Ingo Maurer y la reconocida francesa Matali Crasset tienen una Gallina en su colección.
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